Con la disponibilidad de vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) y la capacidad de eliminar células anormales antes de que se desarrollen lesiones cancerosas, el cáncer de cuello uterino podría convertirse en una enfermedad del pasado para las generaciones futuras, según un experto del sistema de salud global Cleveland Clinic.

El cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más común entre las mujeres en todo el mundo y es causado principalmente por infecciones persistentes con tipos de VPH de alto riesgo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En sus publicaciones recientes, la OMS estima que hubo 604.000 casos nuevos y 342.000 muertes por cáncer de cuello uterino en el 2020.

“La buena noticia es que el cáncer de cuello uterino es prevenible y también altamente tratable, especialmente si se detecta temprano”, dice el cirujano ginecólogo-oncológico Owen Heath MBBS MRCOG PhD, de Cleveland Clinic London.

Según el Dr. Heath, se necesita una combinación de vacunas contra el VPH y revisiones regulares para eliminar el cáncer de cuello uterino. “Si bien estudios en el Reino Unido y Australia han destacado la efectividad de los programas de vacunación contra el VPH para reducir la incidencia de cánceres y pre-cánceres de cuello uterino, se necesita más investigación”, dice. “Las revisiones regulares siguen siendo vitales, ya que algunas personas pueden optar por no recibir la vacuna, o en algunos países la vacuna puede no cubrir todos los tipos de VPH de alto riesgo. En casos extremadamente raros, podría desarrollarse un cáncer de cuello uterino que no esté directamente relacionado con el VPH”.

Las vacunas se administran normalmente a niños en edad escolar y a adultos hasta los 45 años, después de lo cual la probabilidad de desarrollar cáncer por el VPH es menor, aunque las revisiones regulares de cáncer de cuello uterino se deben mantener. El Dr. Heath señala que las vacunas no son solo para mujeres; además de transmitir la enfermedad, los hombres también corren el riesgo de problemas de salud causados por cepas de VPH, como los cánceres de cabeza y cuello.

El Dr. Heath afirma que el cáncer de cuello uterino puede desarrollarse lentamente, con células precancerosas que se vuelven cancerosas a lo largo de muchos años, por lo que las revisiones regulares son primordiales. Aunque las pautas varían de un país a otro, recomienda que las mujeres visiten a un médico para preguntar sobre la frecuencia de las revisiones necesarias según su perfil de riesgo individual. Según el Dr. Heath, las mujeres mayores de 65 años pueden suspender las revisiones si estas han sido previamente normales, pero dado que el cáncer de cuello uterino puede desarrollarse a cualquier edad, es importante consultar a un experto si hay síntomas ginecológicos.

La prueba de detección más común combina la prueba de VPH con una citología vaginal. Se analiza una muestra de cuello uterino en busca de la presencia de subtipos de VPH de alto riesgo; si se detectan subtipos de VPH de alto riesgo, se examinan las células en busca de anomalías, agrega el Dr. Heath.

Si se encuentra una forma de VPH de alto riesgo en una mujer, deberá ser monitoreada cuidadosamente, generalmente a través de revisiones anuales. “En la mayoría de los casos, el propio sistema inmunológico del cuerpo puede eliminar la infección, pero si persiste, puede causar anomalías en las células del cuello uterino que, si no se tratan, pueden desarrollarse en un cáncer de cuello uterino. Si hay evidencia de persistencia de la infección por VPH o anomalías citológicas, se debe realizar un examen detallado del cuello uterino llamado colposcopia. Esto es un medio rápido y efectivo para lograr un diagnóstico. El tratamiento de áreas precancerosas en el cuello uterino se puede realizar al mismo tiempo, eliminando o extirpando estas células”, dice el Dr. Heath.

Si a una paciente se le diagnostica cáncer de cuello uterino, la eliminación quirúrgica del tejido canceroso es muy eficiente si el cáncer se detecta en una etapa temprana, dice el Dr. Heath. Comenta que en esta etapa se podrían ofrecer procedimientos para preservar la fertilidad, como una traquelectomía, donde se elimina el cuello uterino, pero el útero permanece. Los cánceres en etapas posteriores se tratan con la combinación de radiación y quimioterapia.

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